busto jose marti lastunas

Las Tunas.- Un lugareño trajo esta historia hasta nosotros. Él quería que no pasara por alto que hoy, 28 de enero, se cumplen 80 años de la inauguración del busto en bronce de José Martí, que marca la intersección de las calles Vicente García y Francisco Varona. Una idea noble que atrapó, de a plano, al equipo de 26; porque nuestra ciudad está repleta de emblemas así, que rondamos de manera habitual y han visto crecer a esta urbe, mientras acompañan el dolor, la alegría y la esperanza de sus hijos.

Cuentan que aquel día de 1942 se realizó allí un acto público por el acontecimiento. Y no era para menos; la iniciativa, nacida del extinguido “Club Rotario" de Victoria de las Tunas, había sido costeada con el dinero de sus miembros y también con el empuje de colectas públicas. Los datos que llegaron hasta nosotros confirman que la pieza quedó emplazada en un pequeño islote en la cuarta esquina del parque Vicente García, la que había sido cercenada a finales de los años 30, por el capricho pueblerino de que la carretera central pasara por el centro de la comarca.
Hasta allá fuimos y constatamos que, horas antes del aniversario, le habría venido bien una manito de pintura a su base y una bandera cubana en la asta que lo acompaña; eso, por decir lo menos. Y sabemos que ese punto (el asta) ha sido un dilema del lugar en los últimos tiempos; por ello, cruzamos hasta la biblioteca provincial José Martí, el sitio que es responsable, con sus escasos recursos materiales, del cuidado y conservación de ese busto. Un lugar apacible que, por cierto, está cumpliendo 71 años también en este día de enero.
Curiosamente sus trabajadores no fueron tenidos en cuenta para cambiar el asta antigua por una de unos nueve metros de altura; a pesar de que son ellos, los de la biblioteca, quienes deben garantizar ahora los 20 metros de soga necesarios para la driza que permitiría izar allí, al viento de Cuba libre, el símbolo de la Patria.
Es noble la idea de que un asta más alta ofrezca mayor visibilidad a la Enseña Nacional a lo largo de la calle Vicente García. Sin embargo, si usted pone una bandera del mismo tamaño que la anterior, a mayor altura, más alejada del busto que la acompaña y en un lugar en el que su deterioro tiene mucho que ver con el viento en la altura, no está haciendo las cosas bien, al menos, no del todo. Y para saber eso había que preguntarles antes a los trabajadores de la biblioteca; quienes, por años, se han encargado de ese particular.
Pero volvamos al busto, porque el “asunto” de que a veces se toman decisiones al margen de las instituciones más ligadas a los dilemas, no es el tema de estas líneas. Y en la fecha del aniversario 169 del nacimiento del hombre de la Edad de Oro tenemos, por fuerza, que aferrarnos a la luz del sol.
Por eso alienta que, muy cerca de ese busto, se realizaran algunas de las actividades teóricas de la jornada que cada año se dedica en Las Tunas, entre el 23 y el 28 de enero, a agasajar a Vicente García y al Apóstol. Sus organizadores fueron hasta comunidades apartadas; con trabajo constante defienden la consolidación de cada Club Martiano que le nace a este balcón y han demostrado en estos días, con menos recursos de lo que es preciso, el valor de ser útil.
Muchas son las deudas de los tuneros con el estudio y difusión de la obra martiana. Al ser el único territorio cubano cuya Sociedad Cultural José Martí (SCJM) no tiene un local fijo, es quizás una prueba de cuánto más debemos unirnos.
Porque acercarse al Maestro, si bien resulta generalmente una especie de hallazgo personal, de encandilamiento de vida, es también un asunto vital en tiempos de exorcismos digitales y falsos profetas. El hombre que ponía en un grano de maíz a toda la gloria del mundo, sigue marcando el paso intenso de Cuba; y andar con él prendido del alma resulta vital para construir juntos un país mejor, para todos los tiempos.

 

 

 

 

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