Las Tunas.- Las Tunas recibió este mes de marzo con mucha sed, porque aparejado al incremento de las temperaturas de esta etapa del año, disminuye el agua embalsada en los 23 reservorios que administra la Delegación Provincial del Instituto de Recursos Hidráulicos.
La situación actual no es alarmante, pero sí preocupa a los especialistas y a las principales autoridades políticas y gubernamentales, quienes han convocado a la población a dar un uso racional a ese recurso y evitar su innecesario derroche, tanto en el sector estatal como en el residencial.
Según el parte del primer día de este mes, en el territorio tunero se acopian poco más de 113 millones de metros cúbicos de agua, lo que representa el 32 por ciento de las potencialidades de embalse, ascendentes a 350 millones 915 mil metros cúbicos.
Por municipios, se mantiene Jobabo con la situación más complicada, con apenas el siete por ciento de su capacidad y le siguen Jesús Menéndez (16), Puerto Padre (22) y Majibacoa (35). En mejores condiciones -aunque no son las óptimas- están Las Tunas (36), Colombia (37), Manatí (60) y Amancio (72).
Las seis fuentes de abasto a la población tienen garantía del líquido para varias semanas, aunque la menor cantidad está en Copo del Chato, con 45 días de cobertura. Le siguen la "Juan Sáez", con 87, y Rincón, con 168. Con reservas para más de 180 jornadas están Playuela, Jobabito y Cayojo.
En lo que va del actual año, las precipitaciones han sido mínimas y no han transformado el estado de las presas; incluso, para este 2022 se prevé un inicio tardío del período lluvioso, lo que hará más intensa la sequía que habitualmente afecta a los ocho municipios tuneros.
