Las Tunas.- Unas mil toneladas de peces de agua dulce se capturan anualmente en la provincia de Las Tunas y esa cantidad pudiera crecer con la incorporación de más embalses a la crianza de tencas, tilapias, carpas blanca y manchada, colossomas y otras especies.
Ese propósito está reflejado en la estrategia de desarrollo hasta el año 2030 de la Empresa Pesquera Pescatún, la que prevé llegar a las cuatro mil toneladas, a partir de la integración de los organismos que administran micropresas, derivadoras, canales y otras áreas.
Según Adalberto Leyva Segura, director de Operaciones Pesqueras de la entidad, esa cifra no satisfaría la demanda de la población, pero, permitiría elaborar más croquetas, hamburguesas, embutidos y otros productos que se conforman en la industria.
El programa se sustenta en la Política para la Actividad Pesquera y la nueva Ley de Pesca e incluye acciones para incrementar la producción en 19 presas, 35 micropresas y una derivadora. Por diferentes razones esas superficies no se explotan en su totalidad.
"Estamos evaluando con los organismos que administran estos espejos de agua para que se sumen a la actividad acuícola. Algunos ya se incorporaron; pero quedan muchas potencialidades en todos los municipios y hacia ellas dirigimos nuestras miradas.
"También pretendemos sumar a las personas naturales a la acuicultura popular y familiar. O sea, contaríamos con tres actores: la pesca estatal que dirige el Ministerio de la Industria Alimentaria, los organismos acuicultores y trabajadores por cuenta propia.
"Ya hemos diagnosticado varios espejos de agua y seguimos en la búsqueda de otros. En muchos casos se deben acometer acciones como instalación de sistemas hidráulicos y mantenimiento de paredes y fondos. Pero, todo está montado en un proyecto a corto, mediano y largo plazos".
Pescatún tiene el personal capacitado para dar la asesoría técnica a los productores y puede garantizar los alevines. Incluso, actualmente avanza la construcción de pozos en la estación de Gramal, en Manatí, para instalar una incubadora que incrementaría la obtención de larvas de ciprínidos.
PROYECTO QUE COBRA FUERZA EN JOBABO
Una iniciativa privada pretende rescatar 36 estanques en desuso en la antigua planta Makenaf, de la ciudad de Jobabo, y destinarlos a la producción de peces. La idea se consolida paulatinamente y no se limita a esos espacios, pues desde el sector estatal también se recuperan igual cantidad de áreas.
Las labores son arduas e incluyen la extracción de carbonilla y otros productos que hoy tienen, además de limpieza, reparación de conexiones, conductoras y bombas, nuevas instalaciones y remozamiento de la estructura general de cada reservorio.
El cronograma se extiende hasta enero del 2023 y contempla el llenado de los estanques, la fertilización orgánica e inorgánica, siembra de larvas de ciprínidos, el muestreo biológico de la biomasa de peces y, por último, la repoblación de alevines en las micropresas.
Esa será la función inicial de dichos espacios -de 160 metros cuadrados y un metro de profundidad-, porque en cada uno se sembrarán cuatro mil larvas. De 30 a 35 días será el período de crecimiento para lograr mil 200 alevines de tres gramos como promedio.
Según fuentes de la Empresa Pesquera, en el año se prevén tres ciclos productivos que darían unos 98 mil alevines y con ellos se pueden cubrir 32 hectáreas de espejos de agua en micropresas. Ya en el 2023, con seis ciclos en los 36 estanques, se obtendrían 259 mil alevines, suficientes para completar 86 hectáreas.
De los nueve embalses existentes en el sureño municipio, La Escondida, Pozo Salado y Bijao Uno suman esa superficie. Por tanto, su demanda de alevines puede ser cubierta para el próximo año con la producción de los estanques de Makenaf.
RESULTADOS EN LA ACUICULTURA EN EL SECTOR PRIVADO
Manuel Pérez Gallego, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, indicó recientemente extender la acuicultura a pequeños espacios familiares que, si bien no tendrían un carácter comercial en su mayoría, contribuirían al sustento del hogar, lo que se refleja en el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria.
A propósito, Leyva Segura informó que a esa práctica ya se incorporó una decena de productores privados, propietarios de pozos, cisternas y otras áreas. De igual manera, a ellos se les garantizan los alevines, especialmente de colossomas y tilapias.
Un ejemplo es Osmar Evelio Gutiérrez para quien su gestión "es resultado del movimiento popular que hay en el país para el desarrollo de peces de agua dulce, lo que creo que es importantísimo porque contribuye a la sostenibilidad de mi familia.
"En estos momentos los animales se alimentan con todos los desperdicios de mi casa, pues uso los restos de las viandas, frutas y hortalizas que cosecho, junto a los residuos del hogar. Este es mi granito de arena y muchas más personas pueden sumarse y poner el poquito que les toca".