Béisbol Sub15 2023 2 Angel LuisLas Tunas.- Con más strikes que jonrones en los últimos años, el béisbol en Cuba aún representa una fuente prolífera de noticias, pasiones y polémicas. Con la selección nacional, para menores de 15 años de edad, ausente del próximo campeonato del mundo, la máxima dirección de la disciplina en el país contiene el swing, mientras entrenadores, atletas, padres y aficionados demandan mayor énfasis en la realización de la lid doméstica.

Si bien es cierto, la crisis financiera significa un duro escollo, pero también una justificación para esa bola que pica en el supuesto terreno de nadie, donde habitan los males de todos y, a la postre, el mayor afectado es el patrimonio cultural de la Isla. Con la incógnita como cruz de un futuro inmediato, el equipo de Las Tunas mantiene su ciclo de acondicionamiento en la grama de la escuela de iniciación deportiva y escolar (EIDE) Carlos Leyva González. De sanar las desilusiones por los diversos contratiempos, además de conservar la exigencia en cada práctica, Reinaldo Infante Millán, entrenador principal de la categoría, basa el trabajo del día a día.

“El colectivo de dirección, una vez culminada la etapa de preparación, se dio la tarea de realizar un análisis minucioso de lo acontecido en ese período para luego proyectarlo en la temporada. En el deporte contemporáneo lo que prevalece es la competición, cada vez se observan menos entrenamientos y más competición, lamentablemente, por las carencias económicas en el país los certámenes se ven limitados. En este sentido, nosotros a lo largo de la preparación tuvimos como tarea primordial el juego, el modelaje constante, además de la planificación para potenciar elementos técnicos y la mejoría en la condición atlética y mental.

“Es decir, proyectamos el entrenamiento con una misión de acuerdo al rival por enfrentar en el fin de semana. Sin embargo, resulta muy complejo mantener un sistema de preparación sin una fecha tentativa. Afortunadamente no hemos sufrido tanto en ese aspecto, por lo que señalaba de la metodología empleada, que nos permite, además de conservar los estados de formas, prolongarlos lo más posibles para, dado el momento, volver a la disputa. Esa es la estrategia, a grandes rasgos; por tanto, preferimos el juego sistemático porque de ahí nace de manera natural el pensamiento técnico-operativo de los muchachos”, declaró el mentor a 26.

Reynaldo Infante Millán Angel LuisLa interrupción, desde cualquier punto de vista, obliga a renovar propósitos. Aunque con precedentes, empezar de cero. Sobre el “cambio de bola”, Infante Millán señaló que “la Comisión Nacional de Béisbol realizó un ajuste al sistema competitivo, lo cual nos amplía las posibilidades de clasificar y, a su vez, hacer realidad un objetivo que ha sido esquivo para la categoría desde el 2018. Con tales ajustes avanzan los dos primeros de cada grupo, para enfrentarse luego en otras tantas zonas, Centro-Oriental y Centro-Occidental de cuatro contendientes cada una. De esa fase, dos selecciones continuarán el camino hacia la final.”

Impregnados por el hábito ganador de los Leñadores y prestos a escribir su propia historia, los peloteros Sub-15 defienden con similar pasión la camisa identificativa de la provincia. El empeño se transforma en logros sobre el diamante, por lo cual el estratega confiesa que “las aspiraciones siempre giran en obtener la victoria y, a partir de un gran número de ellas, luchar por la clasificación. Esa mentalidad la hemos ido insertando en cada uno de los niños, además de brindarles ciertas herramientas didácticas que también les permitan alcanzar metas personales y, al unísono, tributen al equipo. Ahí radica la clave de lo logrado hasta la fecha, aunque consideramos de lo complicada que es la llave nuestra porque por lo general en ella están el campeón y/o subcampeón. Aun así estamos convencidos de las aptitudes de los jugadores para concluir en una buena posición que nos brinde la posibilidad de pelear hasta el último momento”.

Con una delicada situación, Reinaldo Infante, junto a los demás profesores, apuesta por el equilibrio de la balanza entre deporte y enseñanzas de vida. Ser ejemplo y moldeadores de un porvenir colma el alma de quienes disfrutan y moldean el sueño de muchos adolescentes. Todo por la devoción a una pelota con costuras rojas.

“Asumir tal reto, en primer término, demanda amar al béisbol, así como ser dedicado a tu labor profesional, teniendo en cuenta el objeto social, el cual no es otro que formar atletas y personas de bien. En consecuencia, en el terreno buscamos inculcarles los fundamentos del deporte, que les permiten afrontar con eficacia el rigor del torneo”.

Las generaciones transitarán por aquella parcela en las afueras de la ciudad, los destinos escurrirán en distintas direcciones, pero compartirán entre sí los saberes de hombres dedicados, los verdaderos dispuestos a vestir de guardianes del béisbol. Las esperanzas de retomar porfía ahí permanecen, activas, con la ocupación de hacerlo en mejores condiciones para palpar en manos propias la ilusión de codearse con la élite de la Isla.

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