DanelVsCienfuegos2022

Las Tunas.- En busca de un inicio honorable para estas líneas, a la altura del protagonista e inspirador de las mismas, una frase cayó por arte de magia delante de la pantalla. "La gloria sigue a la virtud como si fuera su sombra", sentenció Cicerón, político y orador romano, quien, pese a la lejanía de épocas, encumbró en ese pensamiento la trayectoria deportiva de un hombre demasiado sensacional para conservarlo entre humanos y, al mismo tiempo, en exceso humano para arroparse entre dioses: don Dánel Castro.

No importa el turno, el mítico número uno de los Leñadores -para un nacido en esta tierra sería reprochable verlo de otra forma- permanece en el círculo vicioso de agacharse en el cajón de bateo, apretar el bate y hacer swing cuando la tensión empaña el panorama para muchos, en tanto, no hay espacio para los errores.

Tan pronto como la primera aparición al bate en el arranque de los play off de la Liga Élite del Béisbol Cubano, Dánel quedó a escasos metros de bordar con el hilo del cuadrangular otra semifinal en suelo antillano. En la memoria de los tuneros esa pelota activó imágenes imborrables. Poco queda por describir, basta con dejar este intento de provocación imaginativa en aquella noche vivida en el "Mella", frente a un Raidel Martínez con las primeras señas de convertirse en un dragón, pero víctima de un "bailador" inconsciente de la magnitud de su grandeza.

Con la añoranza de una velocidad dejada atrás, dado el paso indetenible del tiempo, el "Héroe de Baltimore" hilvanó la terca almohadilla con un deslizamiento en home que dio sepultura a todas las dudas sobre la entrega y sentido de pertenencia hacia la camiseta por parte del líder en jit en el pasatiempo nacional. Habló lo suficiente, en determinada circunstancia; sin embargo, la respuesta de mayor contundencia la deja en cada salida al diamante, en esas hazañas capaces de engrandecer la sublimidad de las masas.

El blanco del uniforme no volverá. Tampoco los años nóveles de un pelotero con las horas contadas, mientras el retiro acecha y la afición debate, tal vez algo tarde, si ha agradecido lo suficiente al enamorado eterno de las situaciones de tres y dos. Decir adiós nunca será fácil, por ahora y hasta siempre, ¡gracias!…, don Dánel Castro.

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