Puerto Padre, la Villa Azul de CubaPuerto Padre, Las Tunas.- La anterior semana, las páginas de 26 dieron vida a un reportaje sobre el estado actual de la estatua de Camilo Cienfuegos, en el seminternado homónimo, de este norteño municipio. En poco tiempo, las líneas removieron el polvo de antaño y retomaron fuerza las acciones que al parecer estaban dormidas, en el mejor de los casos, aunque el término olvidadas también sería válido.

En la mitología griega representaría al Fénix, tras rehacerse entre cenizas; sin embargo, Elevis Báez Morales, a quien algunos directivos y conocidos lo asumían en “el más allá”, refiere los deseos de crear a través de sus manos.

“En visita reciente a la Villa Azul he pasado por algunas de las obras, y te encuentras que a la estatua de Francisco (Paco) Cabrera le falta un dedo; el busto al Che, frente al Gobierno del municipio, lo pintaron y en la concepción no lleva pintura; también 'El Quijote' pide a gritos una restauración. En el caso de la figura de Camilo Cienfuegos no sabía nada, me enteré cuando salió la publicación en el Periódico. Por tales situaciones, sería bueno aglutinar a todos los que tienen relación directa con estos trabajos: Gobierno, direcciones de Cultura y Educación, el Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental (Codema) en la provincia, Comunales y más”.

Si bien los recursos escasean, arreglos en el momento indicado evitan gastos mayores en un futuro, y en esos quehaceres el mal empleo de materiales no constituye una posibilidad. El cúmulo de trabajo dicta el camino por seguir, mientras la ambición por rejuvenecer la ciudad, centra las faenas.

Elevis Báez Morales

“Estoy en la mejor disposición. Hace 15 años vivo fuera de Puerto Padre, por tanto, requiero de un alquiler temporal, sin muchos lujos, puede ser un albergue obrero porque la intención está en pasarme unos días y reparar todas las esculturas que lo necesitan, pues con el tiempo no encontrarán soluciones. Además, le vendría muy bien a la salud cultural del territorio”.

Tierra bendecida por los azules de cielo y mar, con horizonte de gigantescos molinos, sitúa la belleza cimera en un sitio reconocido por lugareños y visitantes, el conjunto escultórico El Quijote. No obstante, diferentes daños menguan el encanto artístico y ponen en tela de juicio el sentido de pertenencia de quienes tienen la responsabilidad de velar por ello.

“Al 'Quijote' tendría que ponérsele el escudo; me comentaba el director del Museo, que está guardado en una oficina; también se debe enderezar la lanza que está algo torcida, y a los elementos alrededor proporcionarles mantenimiento, con nuevas losas de granito y cemento blanco. Resulta importante bajar el molino, llenar de grasa la chumacera y enderezar algunas aspas. La parte del cuerpo está verde a causa de los efectos del tiempo en el bronce, pero la limpieza no lleva tal cantidad de recursos, solo un poco de ácido, cera de abeja y un soplete; con eso sería suficiente para arreglarlo, pero se necesita disposición, con la mía solamente no basta”.

Engalanar la urbe no establece un tema de debate, más cuando se habla de una sociedad con raíces culturales bien arraigadas. En tanto, las justificaciones han de quedar en la gaveta de cualquier buró de oficina, solo así el empeño sortearía dificultades en aras de hacer visibles las soluciones.

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