Las Tunas.- La transformación digital en Cuba sobrepasa los marcos estrechos de la introducción masiva de tecnología, pues debe incluir un cambio en la concepción de los trámites y los procesos fabriles convinieron los participantes del foro de debate creado al efecto por el Laboratorio de Innovación Digital Ciudadana y este Periódico del oriente cubano.
Desarrolladores junto a otros especialistas del ramo, así como pequeños empresarios y el colectivo de 26 abrieron este espacio que pretenden sea una ventana que coloque en la agenda pública temas ligados a la informatización de la sociedad. “¿Transformación digital es solo ampliar el acceso a un teléfono móvil o a la Internet? ¿Debe usarse en exclusivo el criterio de la ganancia monetaria para avanzar en ese campo? ¿Implica dejárselo únicamente a los informáticos? Fueron las interrogantes motivacionales del encuentro.
En la cita hubo consenso en que, si bien el criterio económico puede, en cierta medida, impulsar esa necesaria transición tecnológica, debe tener aparejado un sentido y comprometimiento social que limite o disminuya en lo posible las evidentes desigualdades y brechas que puede crear una transformación digital ligada únicamente al mercado.
“No se trata de digitalizar la burocracia, sino de transformar el sentido y la característica de los trámites de manera que la introducción de soluciones informáticas de verdad transforme y mejore la calidad de esos procesos”, comentó Yucel Brito Zamora, administrador de redes de la Empresa de Correos en el Balcón del Oriente Cubano. Su entidad, añadió, ha comprendido que la digitalización no es un gasto, sino una inversión que en el futuro hará más expedita la dinámica interna.
“Son necesarias, además, la usabilidad e interoperatividad de las diferentes funciones y aplicaciones informáticas que deben tener al ciudadano en el centro, pero no como un sujeto pasivo, sino como un ente activo de manera que se le simplifiquen y le hagan mucho más fácil la vida”, opinó William Amed Tamayo Guevara, director de Tecnología de la Empresa de Transporte de Pasajeros y Cargas Generales (Cardinal). “Nada de lo que nos propongamos en este ámbito, podrá lograrse si no se avanza en la automatización de los engranajes productivos yendo hacia un nuevo escalón en la industrialización”, afirmó.
Ese es precisamente el propósito de 26, acotó Elena Diego, directora de este Periódico quien refirió los planes del medio de prensa de hacer realidad la transición hacia esquemas productivos que articulen la introducción creciente de soluciones informáticas que lo acerquen a sus públicos.
Doris Navarro Matos, titular de la pequeña empresa privada Realnavarro, exportadora de carbón vegetal y vendedora de productos alimenticios y no alimenticios, coincidió en la importancia de la transformación, la cual, destacó, puede ser un factor muy relevante para el progreso de pequeños y medianos negocios como el que ella dirige. De hecho, afirmó, han apostado mucho para colocarse tanto en las pasarelas digitales, como por preocuparse por que sus actividades en asociación con entidades estatales le permitan tener un contacto mucho más estrecho con sus potenciales clientes.
En el último quinquenio el acceso de los cubanos a Internet trepó hasta el 70 por ciento de sus habitantes, mientras se elevó significativamente el uso doméstico de aplicaciones y otras soluciones informáticas de factura nacional o foránea para el intercambio de información, el entretenimiento y las gestiones de procesos económicos y sociales. Paralelamente las autoridades del archipiélago colocaron a lo que definieron como informatización de la sociedad, como una de sus políticas prioritarias, teniendo al propio presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez entre sus impulsores fundamentales.
Sin embargo, analistas advierten que ese empeño se ha visto enlentecido e incluso detenido en ocasiones por los escollos que objetivamente le impone a Cuba el bloqueo estadounidense impidiéndole el acceso a equipos y fondos para la mejoría de su infraestructura de las infocomunicaciones, unido a la persistencia de estilos de organización y dirección del trabajo y los servicios anclados en la era analógica.
