jardín 1Esta palma se recupera poco a poco de los daños ocasionados por quienes le prendieron fuego intencionalmente.

Las Tunas.- En los años '80 del pasado siglo, la zona que hoy ocupa el Jardín Botánico de Las Tunas era un intenso marabuzal y debajo de sus troncos había unos suelos arenosos, muy malos para la mayoría de los cultivos. Pero surgió la iniciativa de establecer ahí la institución.

Muchas personas se involucraron en esa tarea y, poco a poco, se desarrollaron las diferentes áreas dedicadas a fomentar colecciones de la flora cubana y de otras partes del mundo. Desde entonces constituye una opción de esparcimiento y aprendizaje para los asistentes, quienes llegan desde diferentes lugares, en visitas individuales o colectivas.

Según Waldo Bonet Mayedo, especialista de la entidad, en las cerca de 50 hectáreas hay vegetación típica de Australia, Asia, África y América y se trata de imitar esos entornos en forma de bosques, como mismo ocurre en dichas áreas geográficas.

“Radicamos muy lejos de la ciudad y las dificultades con el transporte limitan los encuentros. Pero, traemos a estudiantes de diferentes escuelas y a colectivos laborales para que disfruten de este lugar acogedor y conozcan los empeños para fomentar las colecciones, en medio de una intensa sequía y otras dificultades.

“Tenemos un aula ecológica, viveros, más de 130 especies de palmas cubanas, orquídeas y plantas ornamentales, acuáticas y medicinales. También diseñamos un bosque martiano y otro dedicado al poeta Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, el Cucalambé, cuya casa natal limita con nuestro jardín”.

jardín 2Colección de palmas plateadas o Palma de Bismarck.

                                                           RIQUEZAS DE LA FLORA Y TAMBIÉN DE LA FAUNA

Cuando Eliécer Leyva Piña camina por las áreas del Jardín Botánico de Las Tunas siente paz. Sale a sus recorridos y la felicidad le invade, al escuchar el trino de las aves y las hojas de los árboles mecidas por el viento. Casi siempre son los únicos sonidos en esos parajes.

Es el subdirector administrativo y regresó a la institución luego de un tiempo fuera. Antes era el subdirector técnico y desde ese puesto aprendió a amar las plantas y el resto de la biodiversidad. Por eso también es vigilante de los recursos naturales y exige por su cuidado.jardin botanico yenima 1

“Siempre estoy pendiente de los visitantes, evitando que entren con tirapiedras, jaulas o escopetas que puedan perjudicar a las aves que viven en los alrededores. Aquí es significativa la relación entre la flora y la fauna, y contamos con muchas especies.

“Hemos visto nidos de tomeguines en la Acacia roigii, una planta espinosa en peligro de extinción, que solo se le encuentra en la costa norte de Las Tunas. También se han apreciado varios ejemplares de zorzales, codornices, zunzunes, cartacubas, tórtolas y palomas rabiche.

“En algunas áreas abundan los jubos y las culebrillas boba, además de algún que otro ejemplar de majá de Santa María. En el lago hay jicoteas y biajacas y de vez en vez se escucha el sonido de las rana toros”.

jardín 3Las visitas dirigidas son opciones de la entidad para dar a conocer sus maravillas naturales.

   PELIGRO, ESAS RIQUEZAS PODRÍAN PERDERSE

Lamentablemente, el jardín y sus tesoros están en peligro, no solo el asociado a la sequía y otros fenómenos naturales, sino a la intervención directa de quienes violan los espacios físicos para hacer un uso indebido de los recursos naturales que allá existen.

Irma Bello Acosta, subdirectora técnica, narra los hechos vandálicos más comunes y la voz se le quiebra cuando explica que el lugar es como un museo al aire libre, en el que viven especies únicas o en peligro crítico de extinción, pero no todas las personas lo comprenden.

“Aquí entra personal ajeno y son evidentes los daños a la flora. Por ejemplo, quitan las hojas a las palmas para hacer techos y en tiempo de frutas no les basta con cogerlas, sino que arrancan los gajos enteros. También pican la epidermis del Pinus Caribaea (pino macho) para extraer la resina y si siguen, lo dañarán hasta que muera.

“En lo que va de año hemos tenido dos incendios, ambos intencionales. Uno de los casos fue con una palma bellísima, que ahora estamos tratando de recuperarla mediante cuidados especiales. El otro perjudicó una hectárea y media, incluyendo una hilera de bambúes y parte del bosque martiano.

“Al lago, varias veces lo han desfondado para que corra el agua y eso afecta a los peces y a las plantas acuáticas. También rompen la cerca perimetral y atraviesan nuestras áreas, hay paso de carretones, vienen a pastorear animales y a cortar hierba… Son muchos los daños”.

En el jardín hay tres custodios en cada turno, pero los malhechores los velan y perjudican lo que tanto ha costado lograr. Irrespetan la palabra educativa para proteger el medio ambiente, las clases para enseñar a sembrar y las imágenes de plantas exóticas como las flores nacionales de Nicaragua y Sri Lanka.

Afortunadamente, el colectivo del Jardín Botánico no se rinde y una y otra vez insiste en la educación ambiental para que las nuevas generaciones puedan disfrutar de sus más de mil 350 especies, entre las que hay desde inmensos baobabs hasta minúsculos cactus.

jardín 5El palmetum está entre las maravillas del jardín.

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