Jenifer foto Tomada de Tiempo 21
• A propósito del Día Internacional de la Mujer, 26 comparte la historia de Jenifer, una auténtica muchacha de 19 años de edad que asume con orgullo ser la delegada tunera más joven al XI Congreso de la FMC

Las Tunas.- Tiene el mismo brillo que cualquier muchacha de 19 años que sueña con que la vida se acerque más a las expectativas que la rondan. Se considera auténtica, futurista y cree, desde la sencillez, que una buena acción puede cambiar el curso de los acontecimientos para mucha gente y en un par de manos cualquiera puede alumbrar con más ganas el porvenir.

Jenifer Brito Bernal percibe el mundo como un pedazo tangible que todavía no se descubre del todo, pero guarda la esperanza de que en su caso sea un abrevadero de buenos propósitos. Me cuenta que gusta del baile, la música y le ha nacido una pasión por el dibujo que pretende defender.

Tiene, como las otras muchachas, ilusiones de la primera juventud, esbozos de historias que saca de las letras de canciones en inglés, inquietudes…, pero sobre los mismos zapatos carga también expectativas diferentes, unas que ha coloreado con los rostros de sus vecinas, sus compañeras de estudio, de desconocidas… y de la mano de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Dicen los que la conocen que antes de los 14 años ya andaba con paso firme en las actividades de su bloque de la Federación, allá en el municipio de Colombia. Sin atisbo de timidez se condujo de casa en casa, luego en espacios públicos y el propósito siempre ha sido el mismo: ayudar.

Ahí, en tierra suya, supo que el accionar femenino se trata de unidad, de intervenir en el barrio para buscar soluciones, y con ese fin lo mismo toca orientar a una familia con necesidades especiales, que ayudar a conseguir un empleo o un curso de verano, o facilitar un trámite. “La premisa es sencilla, unidas siempre somos más fuertes”, asegura.

“Primero comencé a hacer actividades en varias comunidades y justo a los 14 años ingresé a trabajar directamente en la organización”. Asegura que fue una responsabilidad grande para una adolescente, pero esa faena le ha abierto los horizontes y ella es de las que gustan trazarse metas y sentir que avanza.

Por supuesto que su comunidad le mueve los empeños. Principalmente, porque su “micromundo” es una gama de individualidades y la FMC le ha enseñado a no juzgar, a tender la mano y defender a toda costa el empoderamiento, una palabra que ella conoce desde hace mucho.

“La noticia de que fui elegida para ir al Congreso la recibí con sorpresa y satisfacción. Fue muy impactante, tanto para mí como para las personas que están alrededor de mi desempeño, que son la causa por la que defiendo el trabajo de la Federación como algo muy mío, y con quienes tengo, ante todo, un compromiso.

“En mi bloque se sintieron muy orgullosos y organizaron una actividad para celebrarlo como una familia. Realmente estoy muy agradecida con las personas de mi base, pues me han apoyado en los pasos que he dado y me hacen sentir bien con cada meta trazada”.

Me cuenta que su abuelo fue el ser que la inspiró a alzar las alas y batirlas bien alto. Lo que es hoy se lo debe, por la carga de buenos valores, por los sermones que con el tiempo le despuntaron la necesidad de abogar por las demás, de pensar en todas, de mirarse en cualquier espejo, de llevar otros zapatos, qué importa si más altos o más bajos.

                                              HABLEMOS DE SORORIDAD, DE FUTURO…

La FMC y las huellas de Vilma no son las únicas metas que la mueven. Con su uniforme de Ciencias Médicas defiende también la voluntad de servir desde un frente que ella considera “el más humano de todos los oficios”.

“Estudio Licenciatura en Bioanálisis Clínico con mucho agrado. Escogí esta disciplina por la importancia que tiene en el diagnóstico de las enfermedades y los estudios que se realizan a sus causantes”.

La pandemia de la covid-19, ese monstruo, ayudó a encauzar su vocación, y a tal punto que hoy siente que su escenario es vital para preservar la vida.

Jeny, como la saben sus amigos, no cree que merezca una entrevista porque solo ha hecho lo que le corresponde, ser la voz de otras mujeres que no quieren hablar, porque la vida las llevó más duro, porque no encontraron el mejor camino, porque un matrimonio absurdo les quebró las ganas, porque no saben que ellas sí importan…

“Me gustaría que en el Congreso se tratara el tema de la incorporación de más jóvenes a la organización, pues nosotras somos la continuación de nuestra hermosa tierra cubana. Dialogar sobre qué podemos hacer para inculcarle al relevo ese apego, sin esperar a los 14 años.

“Además, quisiera que se tocara el tema de la mala utilización de las redes sociales, la necesidad de estar más presentes desde nuestra realidad en esos espacios virtuales y todo el accionar que podamos hacer hoy para mejorar la relación FMC-pueblo.

“Ser federa es pertenecer a una familia, hay que verlo así. Me motiva de esta organización, justamente, la familiaridad que he encontrado en ella, que con cada acción que se realiza tenemos un objetivo y es lograr la unidad del pueblo y la preparación de este para salir adelante. Dentro de él, las mujeres, juntas, ser una.

“Hay que ver la satisfacción que se siente cuando sabes que estás ayudando y puedes proteger, cambiar la realidad de alguien. Estos son tiempos difíciles y recaen con más fuerza en las mujeres porque somos las que llevamos el peso del alimento que se pone en la mesa, las que inventamos y lidiamos con muchas necesidades a la vez. Se impone entonces un frente muy unido”.
                                                                                         …

Jeny asegura ser solo una muchacha más. Vive con sus abuelos maternos y con su pareja. Muy seguido le gusta trazarse metas y en ellas está el crecimiento como federada y de la mano de su profesión. Quiere ver los resultados en ambas, principalmente el impacto de su accionar en las niñas y las jóvenes que le crecen a su organización.

“Creo que la mujer joven cubana es decidida, conversadora, extrovertida y, sobre todo, muy alegre. Me identifico con estas cualidades porque me gusta verme ante multitudes exponiendo mis ideas, divertirme con personas cercanas a mí y también conocer nuevas. Quiero que mis dibujos traigan consigo un mensaje que todos puedan notar enseguida y que mi baile desborde de sentimientos. Quisiera que la FMC nunca pierda la alegría”.

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