electrica puerto padre9

Las Tunas.- Llevaban a cuestas casi 100 horas sin electricidad, y el remanente de un escaso período de luz que llegó con las tareas de la recuperación, cuando los vecinos de La Micro, en Puerto Padre, vieron unos destellos sospechosos en los transformadores de la subestación eléctrica. Minutos después, el silencio fue nuevamente insoportable y el zumbido de los mosquitos absorbió las esperanzas. Otra vez, todo quedó en tinieblas.

A la mañana siguiente, el alba trajo a los linieros de vuelta. Pero las noticias no eran gratas. El andamiaje de cables en el transformador que alimenta dos circuitos, el TK-47 y el TK-53, salía soterrado a los postes que dan vitalidad a los tendidos eléctricos. Las copas de la conexión del propio soterrado a la línea de 13,2 kilovoltios (kV) estaban dañadas y ni siquiera los ojos más expertos podían vaticinar qué encontrarían dentro.

electrica puerto padre6Fueron minutos pesados en el ambiente curtido de la Villa Azul, territorio que junto a “Jesús Menéndez” había recibido los impactos más grandes en suelo tunero. A cuatro días del paso del huracán Melissa por el oriente cubano, la corriente clasificaba como el mayor imperativo para las familias que desde los portales descifraban el lenguaje técnico de los operarios.

Después de mucho debate, en el que se escuchó más de una variante de solución, decidieron eliminar el soterrado, no arriesgarse a reparar lo que no tenían manera de ver y hacer una barra aérea que alimentara a los dos circuitos. La demanda de los recursos volvió a poner las caras largas. Desde allí partieron varios grupos a buscar cables de estaño y demás, a almacenes distantes e, incluso, a los predios del Parque Eólico.

Cayó la noche con el firme propósito de no descansar hasta que aquel paraje estuviera alumbrado. Los más expertos se hicieron con los cables y, cuando las fuerzas menguaron, el refuerzo respondió ipso facto. El mayor reto era emprender tamaña obra con los recursos mínimo indispensables.

Del interior de las casas más próximas salieron los pobladores con lámparas y teléfonos para ampliar el campo de visión de los linieros. A eso de la medianoche, cuando el último hombre se puso en tierra, comenzaron a “calentar” los dos circuitos. Cuentan que más de un escéptico cruzó los dedos. Minutos después la algarabía de la gente anunció el éxito de la operación. Omilton se limpió el sudor frío de la frente.

electrica puerto padre4

DE ALTO “VOLTAJE”

Omilton Rodríguez Rivas, director de Inversiones de la Empresa Eléctrica de Las Tunas, encabeza las cuatro brigadas que han estado a cargo de la recuperación de Puerto Padre. Iniciando la semana, dos circuitos permanecían aún sin certificar, pero el rostro de su gente anunciaba que allí se estaba trabajando sin límites de horarios.Omilton electrica puerto padre10

Según el directivo, en el panorama del municipio el matiz más pronunciado resultó el cuantioso número de árboles caídos, lo cual condicionó el derribo de postes y reventó muchos conductores. Pero el fallo en la subestación de La Micro, que dejó sin servicio al 80 por ciento de la zona residencial, los obligó a dedicarle más de 12 horas de labor ininterrumpida, una jornada con la que ninguno había contado.

“Estamos trabajando con lo justo, no es un secreto para nadie. Nos toca recuperar todos los recursos que sea posible. En este contexto, llevar a cabo una obra así fue muy complejo; se trataba de cambiar una instalación que tenía muchísimos años. Pero lo que hicimos va a facilitar las labores futuras y garantiza la vitalidad del sistema por un largo período. Valió la pena cada minuto que le dedicamos”, enfatizó Omilton.

En las afueras del hospital Guillermo Domínguez, enfrascados en devolver el servicio que allí se sustentaba mediante un grupo electrógeno, el director de Inversiones explicó que restaba, además, laborar en varias viviendas que, aunque se hubiese restablecido el servicio en su circuito, permanecían aisladas por averías y necesitaban de una segunda etapa de trabajo.

Una brigada del municipio de Colombia, otra de la provincia y dos equipos locales han intentado borrar con “alto voltaje” los rastros de Melissa. Comunidades como El Cayo, Santo Domingo, San Manuel y otras entre Maniabón y el 23 de Vázquez, como Nueve Palmas, El Mijial o El Yarey, experimentan el regreso de la electricidad con un agradecimiento que se colorea en el rostro.

Encima de los carros, sobre las escaleras, de pie hasta la medianoche y conscientes de la importancia de lo que hacen en cada pueblo, los eléctricos tuneros viven días duros, pero también raramente gratificantes. Yamil Felipe da fe de ello.

electrica puerto padre1

CON LAS BOTAS PUESTAS

Yamil Felipe Aldana Pizano es el jefe de brigada de los linieros de “Colombia” que llegaron a la Villa Azul a la zaga del fenómeno atmosférico. Con más de 20 años de experiencia en esas lides, ya ni se inmuta cuando tiene que irse por semanas lejos de casa y, como en esta ocasión, echarle cara al destrozo y ver de cerca la desesperación de la gente.Yamil Felipe Aldana electrica puerto padre2

Llegaron enseguida a Vázquez y desde ahí fueron peinando los postes hasta instalarse en la ciudad. Luego del celaje de las líneas, tocó empezar a trabajar, y eso “ha sido con las botas puestas hasta que ya el cuerpo no da más”.

Está a cargo de los cinco integrantes de su brigada, de los que vela con mucho rigor. En unos minutos lo vi alertar sobre el peligro en más de una ocasión: “Asegura la escalera, sostenlo bien, cuidado con las líneas…”.

“No nos es indiferente el estrés de la gente -añade-, la desesperación. Se acercan, nos miran. Preguntan cuánto demora. Uno siente el peso de las miradas desde lejos. Eso es normal. Nuestra brigada construye las líneas, somos la punta de la flecha. Dejamos todo listo y luego se alimentan los tendidos”.

En su diálogo pesan las viviendas a las que no pudo llegar por encontrarse en lugares de difícil acceso. “Hay que volver luego, cuando el carro pueda entrar -dice. Siempre buscamos la manera de dar el servicio, no vamos a dejar a nadie atrás”.

Hasta el momento, la fuerza activa de los eléctricos sigue laborando en Puerto Padre. Las huellas de Melissa, en un contexto de escasez de recursos, exacerbaron el panorama a oscuras de un municipio que antes del paso del fenómeno atmosférico acumulaba, en algunos barrios, mucho más de 12 horas de apagones. Allí, la vuelta de la “luz” se agradece. 

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar