Las Tunas.- El día 22 de diciembre de 1997, cuando nació su hijo, Onelvis Barrero Hidalgo valoró más la vida y aprendió a disfrutar hasta del vuelo de las mariposas. Siempre fue una mujer fuerte y laboriosa; pero, tener junto a su pecho a Luis Ángel ya era un premio mayúsculo.
Como suele ocurrir, hubo días de quedarse en casa por determinado malestar del bebé. Sin embargo, las más de las veces allá iba el pequeño, junto a mamá y papá, hasta la unidad básica de producción cooperativa Maniabo, en la que ambos trabajaban desempeñando diversas funciones.
“Prácticamente hizo su infancia con nosotros en el trabajo. Se crió entre personas mayores, oyendo nuestros temas de conversación y viendo los animales. Creo que eso ayudó a que, con los años, eligiera el futuro que ahora vive en la propiedad familiar, en la zona de La Larga, del municipio de Las Tunas.
“Se graduó como técnico en Veterinaria y actualmente cursa el quinto año de la carrera de Ingeniería Agrónoma. Además, tiene un peso importante en la gestión de los animales y las siembras en la finca”.
Allá viven, unidos y con otro regalo, Anyeli, su nieta de 2 años, quien se ha convertido en la mayor alegría y el estímulo más eficaz para levantarse cada día de madrugada y viajar varios kilómetros hasta la “Maniabo”, porque al regreso, tendrá sus abrazos y ocurrencias.
Onelvis es obrera agropecuaria, dirigente y, sobre todo, madre orgullosa de un joven al que sigue considerando un niño. Son cómplices, se miman, ayudan y cada uno se siente el brazo fuerte del otro.
“Él es un ejemplo de buen comportamiento, de respeto a los demás y de integralidad, tanto en el estudio como en el trabajo. Es militante del Partido y como hijo no tengo ni la más mínima queja, porque siempre ha sido cariñoso conmigo.
“Yo soy madre por partida doble -hijo y nieta- y eso me hace muy feliz. Agradezco a la vida esos regalos y su salud, que hasta me permitieron estudiar, pues en el 2012 terminé la Maestría en Producción Animal para la Zona Tropical. Solo me queda seguir acompañándolos y disfrutándolos, los amo inmensamente”.
