ambulancia covid

Las Tunas. - Durante los primeros días de suspensión de las comunicaciones, como consecuencia del incendio en la central principal de Etecsa, no faltaron las preocupaciones de quienes laboran en la base principal del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM). Así lo afirma el emergencista Elio Zayas Barbán, mientras su rostro todavía refleja inquietud al recordar las jornadas de incertidumbre, en las que debieron actuar con mucha más diligencia de la acostumbrada para no dejar desprotegido a ningún paciente.

“Tras el incidente, y al percibir la interrupción en la línea telefónica, desplegamos nuestras ambulancias en varios puntos aledaños al lugar del hecho y estuvimos ahí brindando apoyo hasta que mitigaron el incendio. Tuvimos que adoptar estrategias inmediatas tal y como corresponde al servicio de emergencia”.

La primera de las medidas, explica, fue dirigirse a las áreas de Salud con el propósito de informar a los teams de guardia que para solicitar una ambulancia debían acudir a métodos tradicionales con los llamados sistemas de enlaces, dígase carros, bicicletas, motorinas…

No conforme, y en el afán de ser más precavidos, el equipo de trabajo del SIUM recorrió cada tres horas los policlínicos Aquiles Espinosa, Guillermo Tejas, Manuel (Piti) Fajardo y Gustavo Aldereguía, más los hogares maternos. “Una ambulancia pasaba con un médico intensivista, emergencista, paramédicos y enfermero para evaluar los diferentes casos”, acotó.

Elio Zayas SIUM“La Dirección Provincial de Salud nos asignó tres líneas corporativas en cuanto se restablecieron los celulares para que los galenos tuvieran acceso a la comunicación.

“Durante una ronda de recorrido llegamos al 'Piti', donde se encontraba un niño de 1 año de edad con manifestaciones respiratorias y al evaluarlo nos percatamos que tenía una bronquiolitis con signos de agravamiento; decidimos trasladarlo al Hospital Pediátrico de inmediato. Nos dio mucha satisfacción, porque el pequeño pudo haber empeorado si no llegamos allí”, narra Zayas Barbán.

Han contado, dice, con el apoyo incondicional de los radioaficionados, sobre todo, para el intercambio con los municipios, pues la base regional Las Tunas -independientemente de que hay otras en las zonas sur y norte- asume los casos ventilados y muy graves del territorio completo; además de aquellos que por su condición hemodinámica o clínica necesitan apoyo vital avanzado.

“Recuerdo que después del suceso, un paciente intubado en Calixto requería traslado hacia el hospital Ernesto Guevara, y teníamos muchas interrogantes. Gracias a los radioaficionados, el médico conoció cuál era su estado real y pudimos actuar en correspondencia”, cuenta.

A pesar de la contingencia, el SIUM supo dar una respuesta efectiva y lograron trasladar pacientes ventilados, con infarto agudo del miocardio y colaboraron -como es habitual- con el Programa Materno Infantil. Estos hombres y mujeres demostraron, una vez más, el compromiso con una profesión en la que cada minuto cuenta.

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