Beijing, China.- Después de Asia y América Latina, es probable que África enfrente una crisis de su deuda externa, alertó un estudio realizado por la Universidad de Tsinghua expuesto en esta capital ante representantes aquí de la Unión Africana, las Naciones Unidas, las delegaciones diplomáticas y la prensa acreditada.
El reporte titulado La trampa del capital financiero: el impacto de los bonos internacionales en la deuda. Sostenibilidad de los países en desarrollo es el resultado de un proyecto especial de seis meses de duración llevado a cabo por un equipo dirigido por el profesor Tang Xiaoyang en el Departamento de Internacional de la referida casa de altos estudios.
Al ampliar los detalles del estudio, Xiaoyang significó que para los países de ingresos medios y bajos la carga de los intereses resultantes de la deuda externa es mucho mayor que para el resto de los deudores. El profesor subrayó que, desde el 2020, el inconveniente de los bonos de los países en desarrollo se ha convertido en una amenaza a su recuperación económica mundial. "Sri Lanka, Zambia y Argentina han incumplido sucesivamente sus bonos, desencadenando graves disturbios económicos y sociales. Esta tendencia puede extenderse pronto a Ghana, Surinam, Angola, Etiopía, El Salvador y otros países en desarrollo", predijo.
"No podemos hacernos de la vista gorda porque este problema esté afectando a un puñado de naciones ahora, porque de aquí a cinco años el ascenso de las tasas de interés afectará a más deudores", insistió Xiaoyang. "Necesitamos crear un sistema más justo y más acorde con los intereses, no solo los acreedores de los países desarrollados que hoy ponen las reglas, sino con los de las naciones del Tercer Mundo", afirmó.
El problema de la deuda externa es particularmente sensible para las naciones del Tercer Mundo, pues impacta claramente en sus dinámicas económicas internas. Dicha cuestión fue denunciada desde mediados de la década de 1980 por el Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
El junio pasado, el Gobierno de Cuba ratificó ante sus principales acreedores en el Club de París su compromiso de cumplir con las obligaciones financieras contraídas. Postura ratificada hace poco por el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la sesión ordinaria del Parlamento.
Cuba tiene acreedores de 14 países con los que en el 2015 alcanzó un acuerdo que le condonó ocho mil 500 millones de dólares de una deuda total de 11 mil millones, con el compromiso de pagar en plazos el importe restante hasta el 2023. El convenio se firmó en medio de la mejoría de sus relaciones con la entonces administración estadounidense de Barack Obama. Sin embargo, tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, Washington retrocedió a su tradicional postura de confrontación y arreció el bloqueo económico contra el Archipiélago.
Consecuentemente, la nación caribeña no pudo cumplir totalmente sus obligaciones en el 2019, y en el 2020, en plena recesión económica, se declaró incapaz de satisfacer los pagos correspondientes. La Habana solicitó una moratoria de dos años para un total de unos 200 millones en pagos atrasados al Club de París, que este aceptó solo un año con la posibilidad de renegociar.
AVISO TEMPRANO PARA LA CUNA DE LA HUMANIDAD
El informe dado a conocer en Beijing anticipa que del 2023 al 2025, los países africanos entrarán en un pico de reembolso de su deuda con cientos de miles de millones de dólares por los bonos que vencerán en esa etapa, y podría enfrentar riesgos de incumplimiento, afectando a docenas de los países emisores de bonos, cuyos ingresos están catalogados de medios.
El texto añade que estos riesgos fueron provocados por las "operaciones imprudentes de grandes instituciones de inversión europeas y americanas en países africanos. Si estos últimos no logran refinanciar, previene, enfrentarán una reacción en cadena de incumplimiento, rebaja de calificación, escasez de divisas y depreciación de sus monedas, lo que llevará a nuevas recesiones económicas".
Asimismo, estima que, bajo la actual recesión económica mundial, "es probable que la crisis de incumplimiento se convierta en una crisis integral". Esto, dijeron sus autores, es un desafío a las condiciones económicas, para el valor de la moneda e, incluso, para la estabilidad política de los países emisores de bonos de ingresos medios.
Al escuchar estos datos, Siddharth Chattejee, coordinador residente de las Naciones Unidas en China, opinó que esta situación debe afrontarse con urgencia mediante una reestructuración de la deuda; de lo contrario "tendremos otra década perdida", expresó.
Rahamtalla Mohamed Osman, representante aquí de la Unión Africana describió que la mayoría de las naciones de ese continente dependen de las exportaciones y están a la saga en la cadena de distribución. Para estos países los costos sociales y económicos del peso del pago de la deuda son terribles, describió; y consideró que solo se solucionará mediante la flexibilización de las condiciones de los nuevos préstamos y estrategias de alivio. "Las propuestas de China van en ese sentido", señaló.
Inquirido por 26, Mohamed Osman concordó en que este asunto solo podrá enfrentarse por las naciones del continente cuna de la humanidad si lo hacen desde un frente común. La Unión Africana, aseguró, es la voz de África y está dispuesta a serlo también en este aspecto. "Tenemos nuestras diferencias, pero podemos vencerlas", sentenció.
El titular de la agencia de calificación Dagong Global Credit Rating estimó que se requieren normas más equilibradas que consideren las realidades de las naciones del Sur y que les provean de un mayor margen de maniobra ante la volatilidad de los mercados y sucesos inesperados como la pandemia de la Covid-19.
