Las Tunas.- Con la bendición de Olofi y Eleguá, a ritmo de la música de Onilé y haciendo honores a la huella yoruba que se cultiva en el barrio México finalizó, en esos predios, el Décimo Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
A su gente, sus jóvenes e infancia se pareció la cita; tal vez por la premisa de que cada uno de estos espacios tenga la esencia de lo que se vive en los asentamientos, de cómo ven los más mozos su entorno, de cuánto aportan a este y, en sentido contrario, cuánto acompaña la comunidad a sus hijas e hijos en el camino de crecer.
La FEU se empina y sueña y, como diría el poeta, se alimenta, para andar, de la utopía. Así lo consideró Karla Santana, presidenta nacional de la organización que, a la vuelta de 100 años y nueve congresos, se avoca a un nuevo cónclave con el imperativo de que la población redescubra las potencialidades para autogestionar sus propios senderos y lograr la transformación cultural.
“Confiamos en que el éxito del país está en nuestros barrios”, concluyó la jovencita que, poco antes, había compartido allí con los niños una lectura de Los zapaticos de rosa.
Justamente, de la mano del Movimiento Juvenil Martiano (MJM) y el Proyecto Cuba en Mi Mochila llegó a estos lares el hombre de La Edad de Oro con lecturas necesarias y que en el patio de una vecina se complementan con juegos de voleibol, baloncesto, fútbol, trompo… De esas andanzas colectivas y con una sonrisa pícara, contó el inquieto Yosiel, mientras Rosalí Alejandra compartió, tímida, sus logros en la natación, ya con nueve medallas.
Alcides Vicente Morales Batista, delegado de esta Circunscripción, la número 13 del Consejo Popular 1, fue la voz de sus vecinos para significar lo logrado, cuánto falta por hacer y agradecer a los estudiantes universitarios y habitantes que han dispuesto tiempo y voluntad en bien de lo común. 
De ese sentido de la utilidad que nos habita y que los adultos legan a los más tiernos, dialogó el profesor de Cultura Física Luis Alejandro Aguilera Lora, uno de los tantos que recorrió esas calles como parte del respaldo de los bisoños que apoyó y apoya la transformación social de sitios como el "México", Las Petrocasas, Indaya y otros.
Con debates de esta índole han llegado ya los universitarios de Las Tunas hasta otras cuatro comunidades; en cada una de ellas los intercambios han sido distintos y, a su vez, han tenido puntos de nexo. Esta sinergia no es nueva, tiene sus antecedentes en las brigadas y las facultades, en el caso de la Universidad de Las Tunas; en tanto la de Ciencias Médicas ya realizó los encuentros en cada aula y la residencia estudiantil.
Tras dos años de pandemia, que han servido como espacio de articulación estudiantil en los más diversos asentamientos, el centenario de la FEU insufla bríos y, a su vez, representa un reto tremendísimo. A la generación fundadora se le hace justicia y tributo a diario, y no es fácil llegar a la altura de quienes nos legaron el compromiso de amar y hacer por Cuba. A eso hemos de ir cada día, a lo que nace, a lo que funda; tal cual sucedió en el "México", donde todo terminó a ritmo de tradición.
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