buenos tratos2

Las Tunas.- A pesar de tantos años repitiéndolo, enseñándolo a fuerza de consignas, duele que en ocasiones aún olvidemos que somos una estirpe milenaria que alguna vez anduvo desnuda, sobrevivió a las dificultades en un medio extremadamente hostil, y solo dándose las manos logró resguardarse del frío, acompañarse en aquellos tiempos idos e incluso, ganar viejas cuentas, domesticar un poco el curso de la vida.

Si miramos hacia atrás, el camino se torna irremediablemente largo… distamos sobremanera de aquellos seres sin adornos… Hoy sabemos muchas cosas, sobre todo, complejizar la existencia, lo que es peor, las relaciones humanas. Mírese bien, detrás de sus máscaras ¿es usted uno de esos que piensa que vive solo en el mundo y nunca va a necesitar de los otros?

Sobran las situaciones en las que una llega a molestarse en serio. Usted trabaja cada día y sus rutinas se traducen en beneficios para la sociedad, su sudor es un granito de arena para que su ciudad crezca. Usted lo sabe, pero entonces se dirige hasta cierto lugar, una tienda, una oficina, y a veces sucede que… para la persona que debe ayudarlo a hacer sus trámites es usted un perfecto desconocido, puede que no le salude, le moleste atenderlo, y replete de estrés cualquier tipo de contesta y ni siquiera disimule su indiferencia.

Parece inconcebible, pero sucede con frecuencia. Y es que muchos piensan que cada labor es independiente de las otras y que ese que llega a realizar una gestión, a veces mal vestido, descuidado en su apariencia, no merece el mejor de los tratos. Si miraran más profundo tal vez se darían cuenta de su error, ese quizás, sea quien más lo necesite, porque sus jornadas de trabajo pueden ser mucho más extensas y peor remuneradas, tal vez precise recordar que esta sociedad fue pensada para todos.

Lamentablemente, en casi todos los sectores usted alguna vez se sentirá como pez fuera del agua si va en busca de ayuda. Quizás sea por eso que en ocasiones cuando necesitamos una consulta médica, por ejemplo, recurrimos a un familiar o amigo que funcione como padrino y garantice nuestros intereses. Si estamos en la cola entonces criticamos a viva voz aquello del bautizo, pero a veces lo que nos molesta es no tener las mismas facilidades, y en ocasiones en nuestro ámbito también le hacemos los trámites imposibles a otras personas, como para que necesiten padrinos.

Hace poco fui a una entidad de esas en las que debe prevalecer, más que en ninguna, la atención a cualquier ciudadano. Me dijeron hacia dónde debía dirigirme para buscar información, ni siquiera estaba allí por un interés personal. Cuando caminaba por el pasillo una muchacha joven gritó altísimo, desde su oficina:"¡¿A dónde cree que va esa?!". Obviamente me molesté y reclamé porque en cualquier sitio el respeto es mi derecho.

Alguien me dijo que seguro no sabía que yo iba a trabajar, pero esa respuesta me pareció peor, yo entendí que era una muchacha inexperta; pero otra persona, quizás menos tolerante, no hubiese reaccionado igual. El ciudadano común, más que nadie, requiere de respeto y buenos tratos, más en nuestra sociedad donde todos tenemos los mismos derechos.

Hace muchos años estamos hablando de construir puentes, de acercarnos si se trata de humanidad, de sensibilidad para la vida. Resulta imperdonable que con el tiempo aumenten los adornos, las máscaras para esconder al ser humano y alejarlo de todos, que vaya siendo tan difícil despojarse de ese mundo material que a veces pesa demasiado en las espaldas. Una vez fuimos una estirpe milenaria que no sabía de egoísmos, que sobrevivió a pesar del frío… ellos de alguna forma aún somos nosotros, pero nosotros ¿acaso sabríamos ser ellos?. 

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