Las Tunas.- En Puerto Padre es tensa la situación epidemiológica. A la par del enfrentamiento a la transmisión de dengue, se desafían otros virus que circulan en el territorio como el Oropouche y la covid-19.
Las últimas dos semanas, según estadística de Salud Pública, aunque marcan ligera disminución de riesgo a enfermar por dengue, teniendo en cuenta la proporción de reactividad en los estudios de síndromes febriles inespecíficos, el azote sigue al acecho y persiste elevada focalidad de Aedes aegypti.
Los datos, aportados por el Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CMHEM), dan cuenta de que el área del policlínico Rafael Izquierdo, en Delicias, reporta más positivos, lo cual podría apuntar a un incremento de los contagios. Asimismo, refieren que al cierre de la semana 34, la tasa de incidencia se fija en 14,26 casos por cada 10 mil habitantes. Pero la realidad es diferente, porque el número de infectados que se quedan en casa resulta considerable, reconocen autoridades sanitarias.
A lo anterior se suma el creciente deterioro de la higiene ambiental. Microvertederos en cualquier sitio de la ciudad y sus alrededores, también en Delicias; más el vertimiento de residuales líquidos, que se entrecruzan, no pocas veces con el agua de consumo humano, favorece la proliferación del vector.
Por el comportamiento ante lo que sucede en Puerto Padre puede asegurarse que es baja la percepción de riesgo. La asistencia a audiencias y charlas reporta índices exiguos; la realización del autofocal es cuestionable, si las detecciones de larvas y adultos ubican a los recipientes de almacenamiento de agua en el hogar como los principales focos.
Preocupa que en las áreas de más enfermos y manzanas reiterativas va lento el tratamiento a los riesgos que detectan los equipos básicos de los consultorios médicos de la familia. El informe del CMHEM, del 26 de agosto, revela que están pendientes de solución 40 puntos de depósito de desechos sólidos y 11 salideros de agua y obstrucción de alcantarillas.
Es hora de que seamos más sensatos y hagamos lo que corresponde, a cada cual, en virtud de restar peligros. Se precisa de participación popular; Comunales, Salud, más Acueducto y Alcantarillado por sí solos no pueden frenar la problemática. En esta batalla por la vida el aporte individual y el colectivo resultan clave, por lo que desde los grupos de trabajo comunitario hay que movilizar a los pobladores, y entre todos restablecer la higiene.