lavado de manos

Las Tunas.- La enfermedad Covid-19 ha dejado muchas lecciones, en su mayoría dolorosas por las marcadas ausencias de tantos seres queridos o porque hemos tenido que dejar a un lado esa pasión que sentimos hasta por los desconocidos y que nos empuja a besar, abrazarnos y hablarnos muy de cerquita.

Pero también ha dejado enseñanzas que - estoy segura- perdurarán a través del tiempo, cuando esta terrible pandemia solo sea un triste recuerdo. Un ejemplo es el lavado de las manos… con agua clorada, jabón, desinfectante y quién sabe con cuántas cosas más.

Gracias a ese proceder, afortunadamente extendido, muchas personas han evitado los contagios con el nuevo coronavirus, porque lavan sus manos no solo al llegar al hogar, en los instantes previos al consumo de alimentos o luego de ir al baño.

Y no se trata de exagerar. Pero, queramos o no, esa parte importante de nuestro cuerpo toca los pasamanos de la escalera, el llavín de la puerta, la silla en la que nos sentamos, el dinero, la libreta de productos alimenticios y hasta los zapatos, cuando nos los quitamos o ponemos.

Es tan importante la higiene que, desde el año 2008, cada 15 de Octubre, se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos. Y no es que una vaya a creer que con eso bastaría para eliminar el peligro de contagio con el SARS-CoV-2 u otras enfermedades. Pero, de que ayuda, ayuda. Y muchísimo.

Incluso, no solo contra ese padecimiento pues está demostrado que dicha práctica higiénica, especialmente con jabón, es una manera efectiva de prevenir la diarrea, el parasitismo intestinal, las infecciones respiratorias agudas y otros problemas que cada año privan de su vida a millones de personas.

En ese caso, las cifras se incrementan en la población infantil, sin los conocimientos ni la responsabilidad para evitar diferentes problemas de salud. Y, lamentablemente, muchas veces, sin las condiciones mínimas para hacerlo, porque es sabido que el agua disminuye por día y no está repartida de manera equitativa para todos.

En la provincia de Las Tunas, como en toda Cuba, se insiste mucho en el correcto lavado de manos y, desde que se detectaron los primeros casos de la Covid-19, se indicó crear las condiciones para ello en la entrada de escuelas, centros de trabajo e instituciones sanitarias.

Inicialmente había personas reacias que argumentaban que ya lo habían hecho hacía poco tiempo. Paulatinamente se fueron sumando y aunque siempre hay quienes van contra la corriente, la verdad es que ya casi todos lo hacemos sin que nos manden, por nuestra propia voluntad.
Ahora se reiniciaron las actividades docentes para los estudiantes de duodécimo grado y muy pronto ocurrirá para el resto de los educandos. En las escuelas se cumplen las medidas, lo sé. Pero es un tema que no se puede descuidar porque son muchos los beneficios.

La sencilla acción de lavarse las manos con frecuencia -especialmente si se usan soluciones jabonosas- puede salvar tantas vidas como Abdala, la antipoliomielítica, PRS (paperas, rubéola y sarampión) y otras tantas vacunas o intervenciones médicas.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar