"Amancio", Las Tunas.- La Revolución, entre sus tantos programas sociales prioriza la construcción de viviendas, que si bien no se ha podido cumplir como el resto de los problemas que denunció Fidel en su alegato de autodefensa en el juicio a los asaltantes al cuartel Moncada, sí ha trazado políticas y estrategias que elevan el confort y la calidad de vida de las familias cubanas.
No obstante a esa pretensión, el esfuerzo se ve frenado ante la política hostil del Gobierno de los Estados Unidos hacia la Isla, imposibilitando el acceso a materias primas y tecnologías novedosas para cumplir con el empeño de dotar a los cubanos de una vivienda digna.
El municipio de Amancio posee más de 12 mil viviendas, y de ellas solo el 42 por ciento califica en la categoría de buena o regular, y los planes no recogen la aspiración y la demanda de los lugareños por la escasa disponibilidad de materiales para ejecutar las obras.
Joel Marín Barrero, especialista en Inversiones de la Dirección de la Vivienda en esta sureña comarca tunera, refirió que en los últimos años las limitaciones con la entrada de cemento, acero, cubiertas y las estructuras metálicas que las sostienen han impactado de manera negativa en el avance de las obras planificadas.
Asimismo, apuntó que los polos constructivos de la localidad muestran una ralentización en su avance debido a la poca disponibilidad de elementos para la conexión de las redes hidrosanitarias, elementos que también se ven afectados, así como maquinarias y equipamientos que eleven la producción de renglones genéricos de la construcción, lo que podrá impulsar el programa y humanizar el trabajo de los recursos humanos que se desempeñan en este sector.
A pesar de estas limitaciones, el país asigna recursos materiales y monetarios para atender a sectores priorizados de la población y otorga subsidios para la construcción de células básicas habitacionales a familias con bajos ingresos económicos y problemáticas sociales, así como favorece a las madres con tres hijos y más, como incentivo para elevar la natalidad y detener el decrecimiento demográfico, una muestra de la voluntad política del Gobierno cubano para proteger a sus ciudadanos.
