IMG 20251105 WA0223Las Tunas.- Una llamada de auxilio movilizó a los grupos de salvamento y rescate de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos de Las Tunas hacia el poblado de Guamo, municipio de Río Cauto (Granma), una de las zonas más golpeadas por las inundaciones que siguieron al huracán Melissa en el oriente de Cuba.

Lo que encontraron allí superó cualquier entrenamiento o experiencia previa, una comunidad con el agua al nivel de las persianas y cientos de personas, desde recién nacidos hasta ancianos postrados, esperando una evacuación desesperada.

instructora niurkaNiurka Torres Rosa, instructora de primeros auxilios del grupo especializado (dan respuesta nacional) de la Cruz Roja en Las Tunas.La instructora de primeros auxilios Niurka Torres Rosa, del grupo especializado de la Cruz Roja en Las Tunas, fue una de las primeras en recibir a los evacuados. Cuenta a los micrófonos de 26 que "la tarea que me tocó en específico fue recibirlos de este lado del agua.

"Encontramos varios casos de salud deteriorada; era inminente nuestra presencia en aquel lugar ante la situación terrible que se estaba viviendo".

Para ella, la experiencia fue un choque emocional. "La palabra que puede describir todo lo que vivimos es tristeza. No se podía perder el tiempo, había que acudir rápido a ellos porque teníamos que salvarlos".

Niurka fue la única mujer en el operativo; la “gallina de todos los pollos”, bromea con orgullo. Su carácter fuerte y su sentido humano prevalecieron en la misión. 

UNA MISIÓN SIN PRECEDENTES

Ezequiel Labrada Guerra, jefe de Operaciones y Socorro de la Cruz Roja, con 15 años de experiencia, nunca había enfrentado una misión de esta magnitud. "Fue algo fuerte, impactante psicológicamente", confiesa.esequial cruz roja las tunasEsequiel Labrada Guerra, jefe de Operaciones y Socorro de la Cruz Roja en Las Tunas.

La premisa era clara y unificadora: "Salvar la mayor cantidad de personas posible. Nuestra misión era proteger a quienes necesitaban nuestra ayuda", sentencia Labrada Guerra.

Este equipo de trabajo se enfrentó a corrientes peligrosas, lluvias persistentes y temperaturas cambiantes durante la noche. Las ropas empapadas y la preocupación constante por resguardar a cada poblador del lugar.

La coordinación fue clave. La convocatoria partió del Consejo de Defensa Provincial y del Ministerio del Interior, activando al grupo de salvamento y rescate. Ezequiel se refiere a la integración entre la Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos como un binomio perfecto.

EN TRENES Y BOTES, LA PRIORIDAD ES SALVAR

mayor alcide las tunasMayor Alside Martínez Serrano, jefe de Operaciones del Cuerpo de Bomberos.El mayor Alside Martínez Serrano, jefe de Operaciones del Cuerpo de Bomberos de Las Tunas, detalló que "al llegar al lugar del siniestro, nos enfrentamos a aquel escenario y nos chocó grandemente. Era difícil ver a tantas personas, tantos niños, tantos ancianos que había que evacuar".olime las tunasTeniente Oilime Nápoles Comendador, jefe de Carro de la Estación de Bomberos de Las Tunas.

La logística fue un desafío monumental. El teniente Oilime Nápoles Comendador, jefe de Carro de la Estación de Bomberos, explicó cómo utilizaron el carro 601 destinado a incendios para transportar los botes hasta la vía férrea.

"Tuvimos que trepar los botes arriba de los coches de los trenes. Desde allí, recorrimos 3 kilómetros en bote a través de las aguas para alcanzar a la población aislada".

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PRESERVAR LAS VIDAS HUMANAS

"El primer día logramos evacuar aproximadamente a 400 personas. Esta preparación fue profunda para nosotros. Es la primera vez que nos enfrentamos a una evacuación a larga distancia y de tan gran tamaño.

"El impacto psicológico en la población era palpable. Las personas estaban asustadas. El rol de los rescatistas se extendió más allá de la evacuación física, incluyendo terapia psicológica improvisada y estímulo constante", señaló Martínez Serrano.

A pesar de la tragedia, el recibimiento de los habitantes fue de alivio y gratitud. Al salir de Guamo, los equipos de rescate no solo dejaron atrás una comunidad a la que ayudaron a sobrevivir, se llevaron consigo una lección imborrable y ganaron en experiencia.

Entre la corriente de las aguas y la desesperación, la consigna de salvar vidas unió a bomberos y voluntarios de la Cruz Roja, escribiendo una página de coraje y solidaridad en la historia más reciente de Granma y Las Tunas. Fue una misión en la que el instinto de supervivencia se encontró con la profesionalidad del deber.

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