Las Tunas.- Frente a la amenaza del huracán Melissa, que azotó a las provincias orientales, se activaron los consejos de Defensa bajo las indicaciones precisas del presidente del Consejo de Defensa Nacional.
En nuestro territorio las medidas fueron emitidas por el presidente del Consejo de Defensa Provincial y la vicepresidenta, quienes, en coordinación con las autoridades de Granma, pusieron en marcha un plan para proteger a las familias más vulnerables de la cuenca del río Cauto.
La primera respuesta se materializó en el municipio de Jobabo, al sur de Las Tunas, donde inicialmente se recibieron mil 360 personas procedentes de comunidades como Guamo, Miradero y Vado del Yeso, que llegaron hasta la provincia a bordo de trenes habilitados para la evacuación.
El primer refugio fue el instituto politécnico agropecuario (IPA) Manifiesto de Montecristi, un hogar temporal que luego se extendió por otros sitios del Balcón del Oriente Cubano.
“Desde allí se decidió, por el pedido de los propios pobladores, incorporarse a casas de familia en Jobabo y el municipio capital. Este gesto espontáneo de la población local fue el primer indicio de la ola de apoyo que caracterizaría la respuesta a la emergencia”, informó Juana Yamilka Viñals Suárez, presidenta de la Comisión Provincial de Protección a la Población.
A medida que la cifra de evacuados crecía, superando las previsiones iniciales, fue necesario ampliar la red de protección; se decidió trasladar a grupos de familias hacia el municipio de Colombia y la cabecera provincial.
“Actualmente, contamos con siete centros de protección activos: dos en Jobabo, uno en 'Colombia' y cuatro en esta ciudad, albergando en conjunto a más de tres mil 500 personas. Muchos otros continúan siendo acogidos en el seno de familias tuneras”, señaló Viñals Suárez.
Para garantizar el bienestar de estas personas, en cada centro se designó un responsable. “Un equipo de trabajo integrado por compañeros de Salud, Educación, Cultura, Deporte y trabajadores sociales labora intensamente en la atención priorizada de estas personas y, en específico, de los más vulnerables”, detalló.
El programa de actividades ha sido clave para levantar el ánimo y ayudarlos psicológicamente. La dirección de Cultura se encargó de que participaran en diferentes eventos culturales, todo un bálsamo para el trauma de haberlo perdido casi todo.
RETORNO A CASA
Un total de 162 personas que se encontraban en el centro mixto Simón Bolívar, 45 de la escuela pedagógica Rita Longa y 85 de la escuela de iniciación deportiva escolar (EIDE) Carlos Leyva González fueron trasladadas en la tarde de este miércoles a sus hogares tras haberse controlado las inundaciones, en un proceso ordenado y progresivo que prioriza las zonas con mejores condiciones.
La movilización se realiza por indicaciones conjuntas de los consejos de Defensa de Las Tunas y Granma. Además, Viñals Suárez explicó que se ha priorizado el traslado de las personas cuyas viviendas se encuentran en la zona de la carretera, que no presenta inundaciones y ya cuenta con las condiciones mínimas e indispensables para que los habitantes comiencen a organizarse y reincorporarse.
La directiva también se refirió a casos particulares que permanecerán temporalmente en los centros de evacuación. “Hemos dejado a algunas personas aquí, en el caso de dos familias, que tienen a sus niños ingresados en el hospital pediátrico Mártires de Las Tunas, y que permanecerán en nuestra tierra hasta que la salud de los menores mejore.
“De igual forma, dos familias se quedarán acompañando a sus hijas quinceañeras, quienes realizarán su sesión de fotos este viernes en la provincia, antes de que se les garantice el traslado de retorno a su municipio”.
Con respecto a la comunidad de Guamo, la más golpeada por las inundaciones, la presidenta de la Comisión Provincial de Protección a la Población adelantó que se evalúa una estrategia específica.
“Pensamos en trasladar en un primer momento a los hombres para que revisen el estado en el que se encuentran sus viviendas, y entonces posteriormente se trasladaría a la otra parte de la población; es decir, mujeres, ancianos y niños”.
LA VOZ DE LOS EVACUADOS
Entre las personas protegidas el sentimiento predominante es la gratitud. Rosmeri Arias Ginarte, de la comunidad de Miradero, compartió su experiencia en el centro mixto.
“Me siento feliz, agradecida. Llegamos sobre esta misma hora; dos días sin bañarnos, sin comer. Estar aquí, no tenemos palabras para expresar lo que representa para nosotros, el agradecimiento. Nos dieron comida, nos salvaron... Llegamos en estado de deshidratación”.
La solidaridad tunera tocó especialmente a Rosmeri cuando, durante su estancia en esta tierra oriental, su hija cumplió 15 años. “Por mucho que yo hubiera querido hacerle a ella, nunca me imaginé que mi niña iba a tener unos 15 de la forma en la que los tuvo aquí. Agradecida, estoy agradecida, esa es la palabra”.
EL PUEBLO, EL VERDADERO PROTAGONISTA
Más allá de las instituciones, ha sido el pueblo el verdadero protagonista de esta historia de solidaridad. “Muchas han sido las muestras de solidaridad de los tuneros. Se han acercado para brindar, no lo que nos sobra, sino lo que tenemos, porque realmente este pueblo hermano necesita de ese acompañamiento”, asegura Viñals Suárez.
La ola de apoyo vino de todas partes. Feliberto Jiménez Fernández reside en el reparto México del municipio cabecera, y cuenta cómo, en su comunidad, se volcó en una campaña de donación espontánea.
“Fui uno de los que se sumaron. El barrio entero se volcó a mi casa con la iniciativa. Solamente fue decir: ‘¡Vamos a donarle a la gente de Granma!’”.
Mientras la misión de retornarlos a casa continúa, las vivencias de colaboración entre ambas provincias hablan de unidad y recuperación. La dolorosa realidad de quienes vieron cómo el agua se llevaba sus pertenencias se ve contrarrestada por la dignidad con la que enfrentan la adversidad y la calidez con la que son recibidos.
