tabaco yenima 1

Las Tunas.- Hace 27 años, Josefa Suárez Delgado llegó a la fábrica de tabacos Enrique Casals Villarreal, de esta ciudad, cargada de ilusiones y algunos miedos porque se enfrentaría a una nueva etapa, totalmente desconocida; pero, algo -muy adentro- le decía que ahí iba a permanecer largo tiempo.

Ella no forzó las cosas. Poco a poco se fue enamorando de sus labores y se convirtió en una excelente torcedora, gracias a la habilidad de sus manos y a la capacidad innata de adaptarse a cualquier espacio, a todas las personas y todas las circunstancias.

“El inicio fue bonito. Empezamos un grupo muy grande de los cuales estamos casi todos, aunque algunos se han ido por enfermedades o han fallecido. Realmente, nos gustaba hacer tabacos y ese interés se multiplicó con la práctica diaria de ese trabajo, que parece fácil y no lo es.

tabaco yenima 2“Creo que ahora falta interés en la juventud. Siempre hay muy buenos ejemplos, pero me parece que se ha apagado el gusto por este oficio. Algunos jóvenes entran a la fábrica con emoción y luego llega el decaimiento porque no les gusta estar sentados”.

¿Es difícil torcer tabacos?

“No es difícil, aunque quizás lo diga porque me gusta mucho mi trabajo. Al principio, el olor es muy fuerte, pero una se adapta. Esto es de estar sentados muchas horas, por lo que no es agradable para quienes les gusta caminar.

“Ya tengo 56 años y el tiempo no pasa por gusto. A veces duelen las manos y otras partes del cuerpo, especialmente los fines de semana, después de muchos días de trabajo. Pero, son molestias que se pueden controlar.

“Mientras hago los 300 tabacos de mi plan -ahora 210 porque se redujo el horario para que trabajen dos turnos- trato de no aburrirme. Cuando estoy mucho rato sin hablar, yo misma me tiro un disparate, como dice uno popularmente; o me río, con mi risa picante, que a muchos no les gusta”.

¿Otros familiares se han interesado por la tabaquería?

“Mi hermana es retirada de esta misma fábrica. Ella era anilladora y laboró aquí muchos años. Tuve un sobrino que también fue tabaquero y ya no trabaja con nosotros.

“Yo vivo con mi hija y mi nieta y a ellas le gusta lo que hago porque saben que esto me hace feliz”.

¿Qué significa la fábrica para usted, después de tantos años?

“Yo he pensado en irme cuando tenga la edad de la jubilación. Pero si tengo fuerzas, me quedo otro poquito, porque siento que aquí he sido útil. La fábrica es como mi hogar, paso más tiempo aquí que en mi casa.

“Cuando nos han pedido un esfuerzo, siempre lo he dado. Incluso, a veces hacíamos maratones hasta las 8:00 de la noche, buscando el cumplimiento de los planes. Hay mucha unidad entre nosotros, por eso el colectivo es una familia.

“Todos los días vengo con deseos de trabajar, siempre animosa y risueña. Y a los jóvenes les digo que traten de quedarse. Este es un trabajo bonito”.

Josefa, la del pelo blanco y las manos diestras, es parte de la historia de la “Enrique Casals”, donde elabora tabacos mientras sonríe y se repite una y mil veces que aquí quiere quedarse para enseñar a otros y seguir siendo útil.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar