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Las Tunas.- Aquella mañana, Carlos salió a trabajar como de costumbre; tras verificar el estado de su bicicleta se montó a toda prisa y desafió la pendiente de la avenida de la Plaza de la Revolución. Siempre lo hace para demostrarse que a sus 50 y tantos años todavía es un “roble”. En ese instante pensó que sería un día igual que otro: desarmar, engrasar y arreglar piezas…, pero estaba muy lejos de la verdad.

Sobre el mediodía, después de realizar el mantenimiento de algunos equipos, empezó con un ligero malestar y se dispuso a tomar su tiempo de descanso. Volvió a casa para almorzar, retando una vez más a la “lomita” y también al intenso sol de verano. Sin embargo, las fuerzas no le alcanzaron y debió transitarla a pie, algo no andaba bien. Llegó “hirviendo” con el sudor pegado a la espalda, y la sensación de haber sido apaleado en el trayecto. No pudo regresar al trabajo, y justo ahí se trastocó su jornada.

Cada vez que intentaba levantarse, una “energía” superior lo mantenía atado a la cama. Sintió que la cabeza iba a estallarle y el dolor en el cuerpo era insoportable. El termómetro indicaba una fiebre muy alta y no tuvo más opción que ir a rastras al policlínico más cercano. Allí la doctora confirmó sus sospechas: tenía todos los síntomas del dengue.

bulevarFoto: Reynaldo López Peña.

EL DENGUE AMENAZA A LOS TUNEROS

En los últimos 28 días, más de 800 personas en Las Tunas han resultado positivas al IgM, lo que indica una infección por el virus del dengue. Esta cifra y el elevado índice de infestación del mosquito Aedes aegypti hicieron que la provincia fuera declarada en transmisión.

Actualmente, en Cuba circulan los cuatro serotipos del dengue, y es mayor el riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, afirma el doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.

Los municipios con mayores tasas de incidencia de la afección son Amancio, con una positividad superior al 69 por ciento respecto al total de exámenes; Las Tunas, con 67,6 y Puerto Padre, específicamente en el área de Salud del policlínico Romárico Oro. “Hay una dispersión de casos, y algunos sin una relación, pero las cifras nos alertan de la compleja situación”.

Dentro de la vigilancia, dijo, lo primero es detectar oportunamente los síndromes febriles inespecíficos a través de las pesquisas activas. De acuerdo con el nuevo protocolo, los casos sin signos de complicación son ingresados en el domicilio, no así los que presenten indicios de alarma, principalmente menores de 2 años, gestantes y puérperas que se trasladan a las instituciones hospitalarias. 

“La mayoría de las acciones se realizan a nivel de los consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia. Para el pesquisaje se crearon grupos de trabajo, pero es preciso el apoyo de los líderes de la comunidad. A la par continúan las labores de lucha antivectorial, sobre todo, alrededor de las viviendas donde están los enfermos”.

El galeno insistió en la importancia de acudir de inmediato a recibir la valoración de un médico, y más si aparecen manifestaciones como dolores abdominales, vómitos, edemas o hinchazón. “Es esencial mantenerse hidratado”, agregó.

HACER LO QUE CORRESPONDE

El mosquito transmisor, expuso, ha ganado terreno tras dos años en los que la prioridad ha sido el enfrentamiento a la Covid-19. Aquí la mayor focalidad se reporta en las áreas de Salud del municipio cabecera, seguido por Manatí, Puerto Padre y Amancio.

Los registros señalan que entre el 80 y el 96 por ciento de los focos se localizan en tanques y cisternas o en depósitos artificiales no destruibles: gaveta del refrigerador, del aire acondicionado, vasos espirituales…

“Para controlar y evitar el dengue hay que luchar contra el vector, sobre todo, cuando está en su forma acuática. Es necesario que el autofocal se realice cada siete días, y eliminar los objetos que puedan acumular agua, como nailon, latas, tapas de pomos, además de virar boca abajo las botellas.

“La familia debe establecer un día fijo a la semana para cumplir estas tareas, y los vecinos de la comunidad trabajar en conjunto para destruir los criaderos potenciales del mosquito en los alrededores de las viviendas”.

Los meses de lluvias condicionan la aparición del Aedes; las fosas tienden a desbordarse y las letrinas se convierten en sitios predilectos del mosquito. Tal situación convida a redoblar los esfuerzos y a elevar la percepción de riesgo, que cada vez es menor, y las cifras de enfermos lo corroboran.

La ofensiva contra ese vector es diaria y sin respiros. Y en estos momentos de máxima tensión -a consecuencia del alto índice de focalidad y de la trasmisión de dengue- se requiere reforzar la vigilancia en cada casa, institución laboral y en el barrio. De todos depende transformar el actual escenario epidemiológico, y más en medio de las carencias que dificultan el desarrollo de la Campaña Antivectorial, y convierten el autofocal en la principal arma contra el Aedes.

***

Carlos permaneció varios días bajo mosquitero, y rebasó la enfermedad sin mayores complicaciones. Desde hace una semana se incorporó a los quehaceres cotidianos, aunque, confiesa, aún no ha podido subir la “lomita” en su bici; ojalá muy pronto pueda hacerlo. A partir de ahora, asegura, destruirá cuanto criadero encuentre a su paso, “porque la salud es lo primero, y no quiero que mis hijos y nietos enfermen”.

 

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