La limpia de las plantaciones cañeras exige un esfuerzo excepcional, por el elevado enyerbamiento. |
Majibacoa, Las Tunas.- Mientras la falta de combustible mantenga en pausa el cumplimiento del plan de producción de azúcar del central Majibacoa -que es lo mismo que decir la zafra en Las Tunas-, y no deje progresar la siembra en la magnitud prevista, hay que enfocar los cañones hacia la limpia de la caña.
La necesidad de dirigirse por completo a esos menesteres, es tarea urgente para todas las empresas y unidades productoras, pues según estimaciones de los especialistas, en estos momentos cerca del 60 por ciento de las plantaciones en la provincia sufren los embates de los enyerbamientos ligeros, medianos y pesados.
Un nivel de afectación poco usual para un territorio que tiempos atrás, en las peores épocas, llegó a bajar entre un 20 y 15 por ciento del área total azotada por algún tipo de maleza.
Por eso, más que hablar de perímetros ya beneficiados o de planes que fueron concebidos para condiciones normales de trabajo, lo razonable y objetivo es abordar el asunto desde la perspectiva de hacer coincidir los niveles de limpia con el estado existente en cada lugar.
Lo peor que puede sucederle a cualquier entidad es acomodar su esfuerzo a resultados diarios expresados en el plan y no a la situación real que muestra el terreno. Los trabajadores de la empresa Antonio Guiteras, por ejemplo, se saben los mejores en suelo tunero con un nivel de enyerbamiento por debajo del 14 por ciento, pero no por ello han bajado la guardia porque reconocen que, aunque en menor cuantía, todavía tienen plantaciones amenazadas por la maleza.
De modo que el panorama impone sumar fuerzas y agilizar el uso de azadas, la tracción animal y también la aplicación de herbicidas en la medida de las posibilidades.
Y cuando digo sumar fuerzas, no solo hablo de incorporar a la faena al personal de oficinas y a todos los elementos disponibles en las empresas y unidades productoras, sino, además, a las movilizaciones de apoyo de otros sectores del municipio, práctica que tiempo atrás, devinieron motor de empuje en tareas claves como la limpia y siembra de caña.
Para el ingeniero Danilo Infante Morales, integrante del Grupo de Coordinación y Apoyo de Azcuba en la provincia, las lluvias pueden dificultar el ritmo de la limpia; sin embargo, afirmó que se hará todo lo posible por avanzar en el desyerbe total, pero con énfasis en las llamadas cañas nuevas.
Respecto a la zafra, Rafael Pantaleón Quevedo, representante de Azcuba en el Balcón de Oriente, confirmó que aún se mantiene activado el dispositivo con vistas al cumplimiento del plan de azúcar del central Majibacoa, distante ahora a solo 225 toneladas, cuya elaboración depende por completo del combustible que se vaya asignando.