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Las Tunas.- “Las expresiones artísticas y literarias son las más auténticas representaciones de la identidad cultural de los pueblos, siempre que estas expresen los valores más auténticos de los comportamientos de las personas. Es el caso de la Fiesta de Raíces y Tradiciones, que se sostiene en el pensamiento y el legado literario de un poeta, que también cultivó otros géneros, pero es nuestro Poeta Nacional”, expresó en diálogo con 26 Marina Lourdes Jacobo, presidenta de la filial provincial de la Fundación Nicolás Guillén, al cierre del evento más importante de esa institución aquí.

“El estudio de la conformación de la nacionalidad atraviesa nombres como Fernando Ortiz, Argeliers León y, por supuesto, el autor de Sóngoro cosongo. Así que mantener un acontecimiento inspirado en un hombre que defendió la identidad cultural de la nación es una manera de contribuir, a partir de la propuesta de diferentes acontecimientos, a la salvaguarda de ese patrimonio”, agregó la también presidenta del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Ciertamente, del 26 al 28 de abril la Fiesta de Raíces y Tradiciones (con el coloquio científico Presencia de Guillén incluido), honró a través de varios estudios e iniciativas a la cultura japonesa, al aniversario 170 del natalicio de José Martí y a los 65 años de la publicación del libro La paloma de vuelo popular.guillen2

“Desde hace más de 10 años este evento se ha centrado en temas tan importantes como las desigualdades, que persisten aún en la sociedad cubana, y no solo las que implican el color de la piel, sino también al género y de otra índole. Esta vez, como es costumbre, se presentaron excelentes ponencias en las que se abordó, por ejemplo, el pensamiento y la obra martiana.

“Además, nos ha motivado La paloma de vuelo popular, que se conoce como el libro del exilio de Guillén, pues vislumbra la nostalgia del poeta, que desde otro país le canta a su Patria y, asimismo, nos articula con América toda, nos hace más universales como cubanos.

“Esta edición también se le dedicó a Japón, convirtiéndose en un gran performance, con un taller nacional de bonsái, la peña Vibra y exposiciones del proyecto Arte y Naturaleza que abrazan la espiritualidad. La cultura japonesa ya es un patrimonio universal y vemos cómo palpita en el entramado de la sociedad cubana; se asume su música y materiales audiovisuales, la vemos en géneros que escriben escritores contemporáneos, en la forma de comportamiento de los jóvenes..., y eso es cultura: significado, comportamiento, comprensión”, detalló la máster en Desarrollo Cultural Comunitario y doctora en Ciencias de la Educación.

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