embarazo adolescencia

Las Tunas.- El niño se regodea a las anchas sobre su vientre mientras ella rememora su incursión precoz en la maternidad. Detrás de nuestro micrófono se muestra atenta para con la criaturita que le creció dentro, interrumpe el diálogo, lo acomoda... Prácticamente, acaba de cumplir 15 años y ya lleva sobre los hombros el peso de un hogar.

Yeny, llamémosla así, nos cuenta que se embarazó cuando tenía 13 años y desde mucho antes mantenía una relación con el padre de su bebé. Entonces era cuestión de tiempo para que el vientre comenzara a crecerle y cuando lo hizo, la noticia se asumió con alegría, aunque la vida de la adolescente cambió ipso facto

Cada paso del proceso ahora lo vislumbra tras una cortina en sepia: las náuseas de los primeros meses, el dolor del alumbramiento, el pánico a no salir de aquel salón verde. También pesa despedirse de los compañeros del aula, de las horas de ocio, de las cosas típicas de la edad y los lugares comunes en el municipio de Jobabo.

Nos narra, segura, que su compañero de vida tiene 30 años y que llevan cuatro de casados, aunque la ley no reconozca su unión. Como respaldo, para que ella pueda disponerse a estudiar algún oficio y hacerse de una profesión, su abuelita, el padre del niño y su suegra suman los brazos para cargar al bebé. Cuando le preguntamos a Yeny por su mamá, dice que está viva, pero después solo se queda en silencio.

Aúpa a su niño con una mirada en la que no percibimos arrepentimiento. Hace muy poco tuvo su celebración de 15 años. Ahora carga un pesado bolso de maternidad y solo la inquieta que el hermoso pequeño en sus brazos crezca sano y feliz, con los apoyos que ella hubiera querido.

Durante el primer Posgrado Regional de Periodismo, Género y Demografía sobre Embarazo en la Adolescencia y sus Interacciones Múltiples, que tuvo lugar en Las Tunas en el año 2022, se conoció que el municipio de Jobabo ostentaba una de las tasas más significativas a nivel de país. Desde entonces se ha echado a andar un engranaje para frenar el fenómeno, aunque resta mucho camino por andar.

Yarien Pérez Corona, residente de segundo año de Medicina Familiar y doctor del consultorio médico 36 del reparto Argentina Sur 1, confiesa a 26 que el embarazo en la adolescencia es un tema al que el sistema de Salud en general concede una alta prioridad en el municipio.Yarien Pérez Corona doctor del consultorio médico 36 del reparto Argentina sur 1

"Actualmente contamos con una adolescente embarazada, de 16 años, en la comunidad, y hace unos meses otra de menos edad dio a luz -puntualiza el galeno. No estamos satisfechos con el trabajo realizado porque mientras haya una sola tenemos que estar alertas, pero sí vemos que las estrategias que se han adoptado comienzan a arrojar mejores resultados.

"En cada consultorio hay un club de adolescentes. Desde afuera puede parecer que esto es solo una formalidad en papeles, pero no es cierto; se realiza una labor preventiva importante, en la que imbricamos a la familia, porque sin la efectiva responsabilidad parental este problema no acaba.

"Allí hablamos del embarazo, la iniciación temprana de las relaciones sexuales, cómo el cuerpo no está preparado para la gestación a esta edad... Lo hacemos cabalmente, al menos aquí en este consultorio, porque estamos enmarcados en una comunidad que ahora mismo está en transformación por sus condiciones de vulnerabilidad.

"Llevo poco tiempo ejerciendo en este lugar, pero he sentido el apoyo de los factores y también el respaldo en métodos anticonceptivos. Se prioriza mucho a las adolescentes. Sabemos que falta más trabajo educativo, que la familia tenga más control sobre sus hijos y que se logre una imbricación efectiva, porque este sí es un problema real".

Lucía, llamémosla así, tiene tres meses de embarazo y no pasa de los 16 años. Estudia en la Enseñanza Técnica y Profesional y también se desenvuelve en la comunidad Argentina Sur.

En las cercanías del consultorio médico nos muestra su vientre, todavía creciendo, pues la gestación es aún incipiente. Su mamá le acompaña a todos lados y es el sostén con el que cuenta, "incluso para seguir estudiando y ser alguien en la vida, porque su bebé va a necesitar muchos recursos".  

Asegura que tenía una relación con un hombre "muuucho mayor" y el vínculo romántico concluyó en cuanto se supo que ella tendría un hijo. Tiene temores propios del proceso, pero ha asumido la nueva etapa con la entereza de que puede y es conclusiva cuando asegura que "un hijo no puede ser un estorbo".

Yordan Rivero Rovaina, director de Salud Municipal en Jobabo, puntualiza que ese territorio en estos momentos tiene 186 embarazadas; de ellas el 18,2 por ciento son adolescentes.Yordan Rivero Rovaina director de salud municipal en Jobabo

"Somos de los pocos municipios en el país incluidos en la aplicación de los estándares de calidad para atender las necesidades en cuanto a la asistencia médica a las adolescentes embarazadas, de lo cual hemos recibido un notable apoyo, incluso internacional.

"Acá es una prioridad el embarazo en edades tempranas. En el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) se coordina el trabajo y se hace una planificación desde diferentes esferas, para el personal de Enfermería, los médicos, los trabajadores sociales... 

"Donde más se trabaja es en las secundarias básicas y, sobre todo, en las comunidades en condiciones de vulnerabilidad. El hecho de que en 'Argentina Sur' ahora mismo haya una sola embarazada es debido al trabajo en equipo, de la unión de los factores de la comunidad y las instituciones educativas. Pero sabemos que nos falta mucho más por lograr.

"Tenemos identificadas en las secundarias básicas y los preuniversitarios las interacciones entre las estudiantes, en qué ambientes se desenvuelven, los hogares de los que provienen. La iniciación temprana de las relaciones sexuales es la causa fundamental y sobre ello debemos actuar.

"Aun en este contexto de escasez de recursos, en nuestras consultas de Planificación Familiar, por el programa de los estándares de calidad, hemos contado con métodos anticonceptivos. O sea, esa no es la causa que genera este fenómeno".

En el municipio de Jobabo, las autoridades establecen estrategias para frenar el fenómeno del embarazo precoz. Pero las uniones tempranas siguen matizando la realidad de un territorio que despunta en el país por su alto índice de fecundidad adolescente.

El día a día allí normaliza los matrimonios a edades tempranas, incluso cuando el Código de las Familias haya estipulado los 18 años como edad mínima para contraer nupcias. De igual modo, se impone ampliar el diapasón de interacciones que anteceden y fomentan este fenómeno, así como hacer énfasis en el vínculo entre adolescentes y hombres mayores.

El embarazo en la adolescencia sigue aportando cifras significativas de complicaciones de salud que terminan en largas estadías en los servicios de Cuidados Intensivos con peligro inminente para las mamás y sus bebés. Pero más allá de este riesgo, hay una vida que se eclipsa y se limita. Y casi siempre es la de la muchacha.

Las expertas en la temática insisten en mirar a la mujer más allá de su capacidad sexual y reproductiva. La gestación con premura representa un cambio en el micromundo de la adolescente que muchas veces termina con la frustración de sus sueños. En cada localidad, la protección de este grupo etario debe, como en Jobabo, adaptarse a los escenarios donde el riesgo acecha. 

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