Dia Mundial Cancer 2

Las Tunas.- Julia Rosa Prada de la Torre siempre ha sido una mujer alegre, dispuesta a ser feliz y a ayudar a los demás a crecerse ante los avatares que el destino impone cada día. Por eso eligió luchar y nunca aceptó rendirse ante una enfermedad que llegó de repente y que ella misma detectó.

Transcurría el año 1990 y un día, por azar, tocó sus senos y se extrañó ante un pequeño bulto, indoloro, pero nuevo en su anatomía. Lo comentó a su cuñada y enseguida llegó la asistencia médica. A simple vista parecía que todo estaba normal; sin embargo, la decisión fue firme: “Es de operación”.

paciente cancer mm“Nunca pensé que fuera malo. Me dijeron lo que iban a hacer, el vaciamiento axilar en un cuadrante, pues no era necesaria la amputación. Yo, que soy católica, dije que confiaba en Dios y que en mi mente y mi corazón tengo una fe grande y absoluta en la Virgen María, la madre de Jesús.

“Fue en el hospital Amalia Simoni, de Camagüey, con doctores extraordinarios, como Cepero y Estenor. Allá recibí una atención maravillosa de todas las personas, en un local cómodo y limpio, todo un sueño. Lo que Fidel idealizó se hizo realidad en ese centro”.

Hasta la capital agramontina tiene que viajar Julia Rosa cada tres meses, aunque hace casi un año que la Covid-19 impide el reencuentro con los especialistas que siguen su caso. Un caso que sorprende y que recuerda que el cáncer no es, necesariamente, sinónimo de muerte.pacient cancer mm

Luego de 28 años de la cirugía se produjo una recidiva. Otra vez el mismo seno. Otra vez sin dolores. Otra vez un equipo médico de lujo que decidió no extirpar la mama. Y otra vez la sonrisa en la entrada y la salida del salón, porque la victoria sobre la enfermedad era real.

“Siempre he actuado positivamente, sin pensar en la muerte, porque la buena voluntad vale mucho y la misma paciente puede ayudarse a superar la enfermedad. Creo que la tristeza es el peor padecimiento y mi consejo es que hay que tener optimismo y confianza en los médicos.

“Pasé por radiaciones, sueros y otros tratamientos; pero me siento bien y, por ejemplo, hace años que no me tomo una dipirona. Actualmente tengo indicada una tableta diaria de letrozol, medicamento oncológico que jamás me ha faltado y que me lo entregan en el hospital”.

La familia ha sido fundamental en la recuperación de esta mujer especial y como un horcón ha estado a su lado Norton Blanco, el hombre que la desposó hace 60 años. Juntos tuvieron dos hijas, cuatro nietos y cuatro bisnietos, aunque para completar su felicidad, otro bebé está en camino.

“He sido una persona de mucha suerte, tanta que todo lo que le pido a Dios me lo ha concedido. Me llevo bien con todo el mundo y voy dejando una estela de amor, la misma que recibo constantemente; de manera especial de mis amigos y mis seres queridos.

“Soy feliz y lo digo con orgullo. Me cuidan y complacen. Muchas veces los vigilo y me pongo a hacer las cosas de la casa, barro, limpio y me doy gusto en la cocina haciendo dulces, jugos y otros alimentos. Cuando no trabajo o me siento útil, me deprimo”.

En la comunidad holguinera de Mir tiene su hogar; pero los brazos de sus hijas la acogieron en la ciudad de Las Tunas desde finales del año 2020 y todavía no tiene fecha para el regreso a esa casona en el centro del poblado, de amplio portal y de constantes visitas.

“Soy la tesorera de la Iglesia Católica de mi pueblo y me ocupo de muchas de sus actividades y fiestas. También soy muy activa en la Federación de Mujeres Cubanas y en los Comités de Defensa de la Revolución. Incluso, hasta las reuniones del Poder Popular se hacen ahí.

“Allá tengo muchos amigos, personas lindas que me quieren y yo les devuelvo ese amor. No guardo rencor por nada. Pido poco y trato de ser positiva siempre, esas son mis proyecciones en la vida”.

Superar un cáncer no es fácil, pero tampoco imposible. Hoy, 31 años después de su diagnóstico, hace gala de una extraordinaria fuerza de voluntad amparada en su fe cristiana. Es una segunda oportunidad que le regala la vida y que la usa para animar a otras mujeres que también serán, en su mayoría, guerreras y ganadoras.

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